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Pocas cosas tienen tanta importancia como creemos

martes, 24 de agosto de 2010

HACER LA COBRA

Cuando una chica te gusta y no sabes si ella siente lo mismo que tú, se produce ese momento en el que ambos os quedáis a solas y calculas los riesgos de lanzarte a su cuello; temes que "te haga la cobra". Es un movimiento rápido, certero, que aleja su rostro del tuyo en un abrir y cerrar de ojos. Existen métodos para neutralizarlo pero no los voy a compartir con vosotros, porque lo que realmente nos interesan hoy son las cobras; animales peligrosos, rápidos y terroríficos.

He visto cobras en Marruecos y en Túnez; la típica serpiente dentro de una cesta de mimbre que baila al son de la flauta del encantador. Bueno, en realidad, las serpientes son sordas. Captan las vibraciones de las pisadas de los animales que se acercan y los huelen con su lengua bífida, pero no oyen. Daría lo mismo que el encantador de serpientes tocara "Stairway to Heaven" que "Do the right thing" o "Waka, waka"; la cobra queda hipnotizada por el movimiento de la flauta, no por la música que emite. Fijaos la próxima vez que presenciéis esa escena; el hombre mueve la flauta de un lado a otro y eso es lo que fija la atención de la serpiente.

Pero para la cobra real haría falta una flauta muuuuuuy grande. Es como las cobras de toda la vida pero en versión Mordor, de 5 m. de longitud.  Y 5 m. de cobra son muchos metros, amigos.

Os dejo con este video que os va a helar la sangre; creo que el tipo está como un cencerro. Se ve que disfruta con ello pero no dejo de pensar que es un Pocholo de herbolario, un flipado de la naturaleza. Prefiero seguir ganándome la vida en los escenarios, aunque a veces pueda parecer igual de peligroso.

miércoles, 18 de agosto de 2010

LOS MERCENARIOS de la comedia

El pasado lunes fui a ver "Los mercenarios" con varios amigos . La traducción del título original "The expendables" sería los prescindibles pero esta película es de todo menos eso. Que nadie pretenda ver una obra de arte ni tan siquiera un guión coherente. Es una aventura al estilo de las que nos hicieron vibrar en las décadas de los 80 y los 90, el cine con el que crecimos. ¿Quién no recuerda ese plano de Arnold llevando un tronco y en la otra mano la motosierra, o las flechas explosivas de Rambo, o a Chuck Norris matando a una rata a mordiscos? Eran películas disparatas y exactamente eso es lo que encontrarás cuando vayas a ver "Los mercenarios": muertes increíbles, peleas alucinantes, disparos a tutiplén, mucha testosterona y diálogos para enmarcar. 
 
De izquierda a derecha: Juan Solo, Agustín Jiménez y Salomón
Para revivir aquellas sensaciones de la adolescencia y, de paso, echarnos unas risas nos juntamos varios cómicos y un par de tipos duros aunque uno de ellos resultó ser bastante flojete y lo acabamos utilizando como rehén. De todos, el que más en serio se tomó la película fue Diego Arjona (un megafreak de las películas de acción que tiene fotos con Dolph Lundgren y Jean Claude Van-Damme). 

Metido en el personaje

 El compromiso era que todos acudiéramos caracterizados a la cita  pero ya sabéis que siempre hay quien se acaba rajando. Creo que tan sólo Agustín, Arturo y un servidor cumplimos con las expectativas.  Juzgad vosotros mismos.

De izquierda a derecha: Alvaro Hernández, Juan Solo, Agustín Jiménez, Diego Arjona, Salomón, Arturo González-Campos y, en primer término Carlos Clavijo.



Durante la proyección aplaudimos, vitoreamos e hicimos el ganso todo lo que pudimos. Al principio, y sólo al principio, hubo quien nos mandó callar pero os doy mi palabra de que al cuarto de hora todo el cine se había contagiado de nuestro espíritu festivo y era un clamor de gritos y vítores a cada marcianada que nos proponían el señor Stallone y compañía.



Los mercenarios, la película que nunca harían Garci, ni Trueba ni Almodóvar.

miércoles, 4 de agosto de 2010

La primera vez que oí hablar de HOUSE

Fue durante una cena de amigos; Carlos estaba fascinado con una serie que sólo llevaba dos semanas en antena y se llamaba House, que era el nombre del personaje protagonista. No voy a explicar aquí de qué va la serie ni cómo es el doctor más popular/ impopular de la televisión porque me parece una pérdida de tiempo. Si no estáis al tanto quiere decir que estáis leyendo esto desde fuera de nuestro sistema solar porque es la serie más vista y más exitosa del mundo. 


Lo que me atrajo no era la descripción del personaje, sino la referencia a su protagonista, Hugh Laurie. Yo ya lo conocía pero le había perdido la pista; no había visto "El último vuelo del Fénix" ni las dos películas de Stuart Little ni tampoco "101 Dálmatas". Le recordaba de "Sentido y sensibilidad" y "Los amigos de Peter", pero sobre todo por "A bit of Fry and Laurie", un programa cómico que triunfó en Inglaterra a principios de los 90. Formaba pareja con Stephen Fry, su alma gemela, y tuve la suerte de descubrirlos en Telemadrid, el mismo lugar en el que encontré a Mr.Bean. Poca gente recuerda aquella serie pero mi hermano y yo disfrutábamos mucho con aquel humor raro y distinto, sobre todo en una España donde triunfaban programas como "Entre platos anda el juego", "Goles son amores" o "¡Ay qué calor!

No hace mucho, Ricardo Castella escribió en su página de facebook que había descubierto esta faceta de Hugh Laurie a través de mi blog y me hizo bastante ilusión. Puede ser que a alguno de vosotros os ocurra lo mismo así que voy a colgar de nuevo aquel video, que se llama "El sketch favorito de Hugh". Ya os anticipo que veréis por aquí muchas cosas de esta pareja porque practicaban un tipo de humor que me encanta.
Espero que lo disfrutéis.