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Pocas cosas tienen tanta importancia como creemos

miércoles, 23 de noviembre de 2011

PREPARÁNDOSE PARA SER JEFE II

Para poder aplicar este comentario creo necesario que previamente te leas el anterio: Preparándose para ser jefe I

Los jefes tienes varios trucos que debes saber identificar:

1) TU JEFE JUEGA AL DESPISTE: ya lo comentaba en la entrada anterior. La clave consiste en que nunca sepas qué puedes esperar de él; esto te obligará a estar en alerta constante. El objeto de esta actitud  no es lograr que mejores tu rendimiento, porque en realidad lo empobreces notablemente, sino que les temas  Así nunca te atreverás a cuestionar su autoridad. 
Esto tiene mala solución. Yo era muy dado a evidenciar la falta de coherencia de mis superiores delante de otras personas. Hay formas más inteligentes de suicidarte laboralmente. Es posible que, ante los demás, no te machaquen pero TE LA GUARDARÁN. Lo mejor que puedes hacer es no perder los papeles y no pasarte de listo JAMÁS. Y hablar siempre en tono muy calmado. Les gusta exasperarte así que conviértete en un Gandhi del trabajo. Expón tus argumentos con dulzura aunque, por dentro, te apetezca arrancarle la cabeza como a una muñeca de Famosa. Cuando tu antagonista sabe que no tiene razón, el amor beatífico le resulta insoportable.  

2) TU JEFE NUNCA ESTÁ COMPLACIDO CON NADA DE LO QUE LE PRESENTAS: éste es un clásico. Frases como "puedes hacerlo mejor" o "dale una vuelta" forman parte del "Manual del jefe" Comprende que lo hacen para justificar su puesto y su sueldo; si tú lo hicieras todo bien a la primera el jefe serías tú. 
Solución: guárdate un as en la manga. Prevé su actitud y resérvate alguna mejora, modificación o detalle... Cuando se lo vuelvas a entregar adoptarán ese aire condescendiente de: ¿ves cómo podías hacerlo mejor? Esto funciona siempre.
Si tu trabajo se presta a ello, inúndale con alternativas, alaba su buen criterio y niégate a dar un paso hasta que recibas su visto bueno. No le dará tiempo a leerlo todo y acabará pidiéndote que hagas lo que tú creas conveniente.

3) TU JEFE INTENTA HACERSE SU AMIGO:  ¡Mucho cuidado! Esta es una maniobra muy astuta. Un buen día te pregunta por tu familia, por tus vacaciones, por tus aficiones... Crees que es para tener un trato más cercano contigo... ¡NOOOO! Es para que empieces a verle de otra manera, como un colega más que como a un jefe. De esa forma, cuando te pida algún esfuerzo extra o sacrificio no pondrás tantas objeciones. Algunos, incluso, van más lejos; tratan de darte lástima.
Solución: maréales. Abrúmales con datos sobre lo que te preguntan. ¿Hoy les interesa saber dónde está esa casa rural de la que hablaste un día? Mañana aparece en la oficina con folletos de turismo rural y entrégaselos, al día siguiente búscale rutas de senderismo, enséñale fotos, dale un catálogo de mountain bikes... Que se arrepienta de haberte preguntado y se le quiten las ganas de volver a hacerlo en el futuro.

4) TU JEFE ESTÁ CHIFLADO, ES UN PARANOICO O UN MISERABLE : búscate otro trabajo. No vas a cambiarle. No puedes luchar contra él. Si decides quedarte en tu puesto sabes lo que te espera. No todo el mundo puede elegir, desde luego, pero algunas personas si tienen esa posibilidad y renuncian a ella por miedo a lo desconocido. Si es tu caso, luego no te quejes.

5) TU JEFE ESTÁ SOMETIDO A UN PODER SUPERIOR : el clásico entre los clasicos. "No es culpa mía", "arriba se han puesto muy nerviosos con las cifras", "he intentando defenderte", "yo también lo estoy pasando mal"... Sí, puede ser que en algún caso sea cierto; pongamos un... 5%. En el resto ES MENTIRA. Claro, tú piensas que no es así porque tu jefe ha empleado el truco número 2, es majo, se interesa por tus maquetas de trenes... ¡¡¡ES MENTIRA!!!  Él no puede hacer más, el director se ha empeñado... sólo entienden de cifras... ¡¡¡ES MENTIRA!!! 
La primera norma de un jefe es "Crea un enemigo común al que siempre puedas acusar de aquellas decisiones impopulares que tú debas tomar". Así de sencillo. ECHAR BALONES FUERA

SOLUCIONES MAESTRAS: si eres mujer, llora. Con entrenamiento puedes llegar a conseguirlo con facilidad. A ningún hombre le gusta hacer llorar a una mujer, slalvo a los individuos del supuesto 4. Si tu jefa es mujer, no llores frente a ella, no le des ese gustazo, pero en cuanto salgas de su desapacho llora delante de los demás. Si, da un poco de vergüenza pero es increíblemente efectivo. Tu jefa quedará ante todos como una déspota y la próxima vez medirá sus actos. 
Si eres hombre, llora también, pero sólo delante de tu superior. Si el también es hombre se pondrá muy violento. Si es mujer no lo hagas, mandaráis un mensaje de debilidad. En ese caso habla de tu mujer, de tus hijos, de vuestros sueños... 

Todo está pensando para tocarles las narices como ellos te las tocan a ti, pero sin arriesgar tu puesto. 

Y en cualquier caso, imagínate a tu jefe sentado en esta silla. Esto te arrancará una sonrisa, siempre. 

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