Bienvenidos

Pocas cosas tienen tanta importancia como creemos

martes, 14 de diciembre de 2010

EL DÍA QUE CAMBIARÁ MI VIDA

A principios de mes, y dentro de las actividades comprendidas en el Primer Festival de comedia organizado por Paramount Comedy, el profesor Robert McKee impartió su famoso seminario sobre el guión, centrado especialmente en la comedia. McKee es una eminencia mundial y haber podido asistir a su clase fue todo un honor y un privilegio.  
Hubo quien salió encantado (la mayoría) y también hubo quien se quejó de que su discurso estaría bien para los americanos pero que nosotros éramos distintos. Cuando se inventó la máquina de vapor también hubo quien la acusó de ser una obra del demonio... 


El primer día, intensísimo (10 horas de clase), se basó en la estructura del guión de comedia para cine y televisión ( qué hace que una historia funcione y qué no)  Al fin y al cabo todo se reduce al "simple" arte de saber contarlas. El segundo día (otras 5 horas) se centró en el stand up: primero lo abordó de un modo general y, después, analizó los videos de varios cómicos españoles; señaló virtudes y defectos y mandó un mensaje muy claro: estaba impresionado por el nivel de la comedia de stand up en España.

Buena parte de "culpa" en todo esto la tiene Paramount Comedy.

McKee también analizó qué funciona y qué no funciona en los monólogos. Yo iría más lejos;  qué es stand up y qué no lo es. Mostró unas cualidades increíbles analizando fragmentos (algunos de menos de un minuto) de algunos cómicos y diseccionando nuestro estilo, personaje, carácter y puntos fuertes y débiles.  Y dio en el clavo.
Cuando el seminario acabó tuve ocasión de charlar con su esposa y con el mismísimo señor McKee durante un par de minutos. Le dije que, para mí, tenerle allí había sido como recibir la visita del Fantasma de las Navidades Futuras; que me había mostrado cuál sería mi futuro si no hacía nada por evitarlo. Y le prometí que lo haría y que lucharía por mi estilo de hacer las cosas. Lo que él me contestó lo mantendré en secreto, por ahora, pero espero y deseo que no se equivocara.

Porque antes de su curso había pensado en tirar la toalla; ahora puedo decirlo. Sólo lo sabían dos de mis mejores amigos. Siempre he sido un tipo solitario y poco sociable; me llevo bien con muchos compañeros pero no soy amigo de casi ninguno. Eso tiene un efecto inmediato y lógico: quedas excluido de casi todo.
Además, mi estilo no encaja exactamente con lo que goza de más popularidad o la corriente única que trata de imponerse en la comedia. Hasta ahora he tratado de adaptarme, de ser como me pedían y he pagado un precio muy alto: me he traicionado a mí mismo. Pero, se acabó. Voy a hacer lo que me gusta sobre un escenario y si se me cierran puertas ya se abrirán otras. Siempre ha sido así.

En abril de este año decidí cambiar el curso de los acontecimientos y nadar contra la corriente que me estaba arrastrando y ahogando: arriesgué mi tiempo y mi dinero para montar SOLO EN CASA. Al fin y al cabo  soy actor y echaba de menos subirme a un escenario. Hubo cómicos que me aconsejaron que desistiera, que era una locura. No voy a negar que los comienzos fueron duros pero ya voy por el 6º mes en cartel, y las críticas son magníficas.



Pero tanta lucha desgasta mucho. Y andaba falto de fuerzas... hasta el seminario sobre el guión. He reflexionado durante un par de semanas y me he prometido no volver a permitir que me afecten críticas como "eso en España no funciona" o "lo que la gente quiere es...no..." o "haces un humor muy culto..." o "eres muy infantil", vengan de quien vengan.  Sólo revelan un profundo desconocimiento sobre mi trabajo y la inseguridad de los que me critican ante algo distinto a lo que hacen ellos.


Gracias por poner a Robert McKee en mi camino. El resto es cosa mía.

Si me rindo no tendré excusa.

Y no voy a hacerlo.

No podría perdonármelo jamás.

3 comentarios:

  1. No eres el único al que el curso le ha cambiado la vida... el otro día actué con camisa y corbata... ;-)
    Posdata: Que ni se te vuelva a pasar por la cabeza dejarlo....

    ResponderEliminar
  2. Hola Juan, soy Alicia, como se te vuelva a pasar semejante tontería por la cabeza... te cojo encima de las rodillas y te doy azotes como cuando eramos pequeños. Nunca dejes atrás tus sueños... sin ellos no seriamos nadie, si yo te contara la de veces que he pensado como tú... (quizá algún día delante de un cubata que deja la vergüenza en la puerta), somos como somos, hacemos las cosas como creemos que hay que hacerlas y hay que seguir adelante, siempre. Haz las cosas como creas, como te sientas cómodo con ellas, y los que no te entiendan, comprendan y apoyen... es su problema. Eres un genio y como tal incomprendido. No quiero volver a leerte algo así ¿de acuerdo? Un besito

    ResponderEliminar
  3. No creo que vayas a tirar la toalla... Si acaso, en la playa, y tampoco creo que te guste mucho la playa.

    Está claro que en la vida puedes tomar dos caminos básicos:

    El primero, el que los demás creen que debes tomar. Harás feliz a mucha gente, pero serás infeliz tú.

    El segundo, el que tú quieres tomar. Mucha gente dirá que te equivocas, pero al menos disfrutarás con tu vida.

    Y qué quieres que te diga, después de varios años como voluntario en una residencia de ancianos, tengo clarísimo que al final de tus días estarás más satisfecho de una vida que hayas disfrutado tú. Además, qué narices, seguro que a más de uno le hacen gracia las mismas cosas que a ti, y con eso es con lo que debes quedarte.

    Dale caña!

    ResponderEliminar