Bienvenidos

Pocas cosas tienen tanta importancia como creemos

martes, 22 de febrero de 2011

AMIGOS QUE TRIUNFAN

No tengo olvidado el blog, ni mucho menos. Simplemente, no he tenido nada interesante que decir desde el último post. Creo que todos ganaríamos bastante si la gente se quedara calladita cuando no puede aportar nada de utilidad (que nadie intente buscar una crítica personalizada; va dedicada al ser humano, en general).
El mes de febrero suele ser muy intenso para mí; ignoro el motivo pero hasta donde me alcanza la memoria siempre me ha traído grandes alegrías o grandes penas. Sin embargo, este mes no me ha aportado nada reseñable en lo personal (es uno de esos de... "no me puedo creer que ya estemos a 22 de febrero") pero sí ha traído grandes alegrías a muy buenos amigos míos y me alegro por ellos; con eso me basta. Allá donde miro veo compañeros triunfando en lo personal y lo profesional: bebés, futuros bebés en camino, matrimonios, futuros matrimonios, proyectos de televisión, programas de radio, éxitos en los escenarios, libros...
Y en este último apartado figura una de esas personas cuyo corazón sólo es comparable a su apetito voraz por los macarrones: Martín Piñol y su novela "Una de vampiros". La semana de su estreno ha sido el segundo libro más vendido en Cataluña. Yo me la he leído y os la recomiendo.

martes, 1 de febrero de 2011

LA COMEDIA EN ESPAÑA

En el mundo de la comedia estamos viviendo un punto de inflexión: el stand-up (el monólogo, conocido popularmente) ya lleva once años entre nosotros y la criatura ha cambiado mucho: como todos los adolescentes tiene cosas buenas y cosas malas.
Al principio eran pocos los elegidos; jóvenes que conocían y seguían el trabajo de cómicos americanos sin que nadie les obligara a ello, por pura pasión. No era fácil acceder a este tipo de material y, por eso, aquellos primeros cómicos pertenecían a un grupo muy reducido: profesionales de varios campos con un notable nivel cultural, capacidad para entender la lengua de Shakespeare y poderosas inquietudes artísticas. 
Aquella etapa nos dio algunos de los mejores cómicos que han surgido en nuestro país; no hace falta que cite sus nombres porque ya los conocéis. 

Después, hubo una segunda fase: se nutrió de aquellos que, aún teniendo las características de los primeros, no habían tomado aquel primer tren. Su composición social era prácticamente idéntica a la anterior y también dio sus frutos; sus hijos triunfan hoy por todos los escenarios de España.

Poco después, llegó una tercera oleada de cómicos, entre los que me encuentro. Aquí había de todo un poco: básicamente seguíamos el ejemplo de los americanos, que tanto admirábamos, pero también nos inspirábamos en el trabajo de los pioneros de nuestro país, que habían comenzado con paso firme. También surgieron cómicos que sólo tenían como modelo a otros compañeros españoles y desconocían el trabajo que avanzaba en Estados Unidos. Algunos, intentaron ponerse al día y su estilo mejoró notablemente. La actitud contraria me parece un error. Pero cada uno es libre de hacer lo que crea que es mejor para él.
Después llegó la cuarta etapa que, a mi entender, se solapa con la quinta. El goteo de cómicos ya se convirtió en una producción constante: desde entonces no han parado de surgir monologuistas. Gracias a las nuevas tecnologías (básicamente youtube), el trabajo de los cómicos estadounidenses es perfectamente accesible para cualquiera. Ha sido una fortuna, porque personas con un gran sentido del humor  y un  enorme talento han podido aprender de ese material que, de otra forma, hubiera sido difícil que conocieran. Creo que la socialización de la comedia ha sido un triunfo y todos nos beneficiaremos de ello. 

Pero hay un problema, y no querría que se me tildara de clasista.; quien me conoce sabe que no lo soy. Ahora, cualquiera puede ver videos de Steve Martin, Bill Hicks, Robin Williams, Ricky Gervais, George Carlin... Cualquiera puede aprender de su estilo; cualquiera puede subirse a un escenario de los cientos que hay por toda España y probar su material... Pero hay algo que no se puede suplir viendo videos 12 horas al día; preparación. Alguien que se sube a un escenario necesita una preparación artística: de cuerpo y de voz. Eso conlleva sacrificios. Pero sobre todo, requiere preparación mental e intelectual: no es necesaria una carrera universitaria, por supuesto que no. Steve Jobs, el genio fundador de Apple, dejó la Universidad a los seis meses (a los seis meses de carrera, no de edad). Pero para ser un buen cómico necesitas algo que nadie puede darte: hambre. Y no solo hambre por triunfar: hambre por saber.
Lee libros, periódicos,  infórmate sobre qué sucede en el mundo, qué ocurrió en el pasado y qué puede  devenir en el futuro. Interés por las cosas. Porque esos cómicos que todos admiramos lo hacen; los Hermanos Marx eran la flor y nata de la intelectualidad neoyorquina; Chevy Chase fue consejero de política exterior de Bill Clinton; Steve Martin es un reputado músico, mago y escritor de teatro y novelista... En nuestro país, (y voy a citar a miembros de la vieja guardia) Alfredo Díaz, Agustín Jiménez, los Chanantes, Ignatius, don Mauro... son artistas con una enorme ansia por aprender cosas nuevas, constantemente. Por eso, ellos tienen una VISIÓN PERSONAL DEL MUNDO que, al fin y al cabo, es lo que los convierte en únicos.

Si no te esfuerzas por aprender (nadie nace enseñado) sólo verás el mundo a través de los ojos de los demás y estarás condenado toda tu vida a hablar de tu novia, tu abuela, las pastillas, la Guardia Civil, las tapas de los yogures o la cantidad de veces que te la machacas al día.
Después de daros la brasa os presento lo que me parece un ejercicio de genialidad. Para comprender su alcance deberíamos pensar en una figura española del calibre de Javier Bardem que fuera invitado a actuar en un programa de máxima audiencia y se despachara con esto...